Cada 4 de febrero se conmemora el Día Mundial Contra el Cáncer por lo que hoy, desde el instituto Raimon Gaja, queremos aprovechar la oportunidad para resaltar la importancia de la psicooncologíacomo herramienta paramejorar la calidad de vida de los pacientes. La psicooncología es una disciplina especializada de la medicina y la psicología que busca el bienestar emocional y psicológico de las personas que padecen cáncer, pero también de sus familias y allegados más cercanos.
¿En qué consiste la Psicooncología?
La psicooncología se encarga de estudiar, analizar y tratar el impacto que tiene el cáncer en las personas. Su campo aborda el comportamiento, el estado de la salud en general, el avance de la enfermedad, la prevención, instaurar hábitos saludables y el tratamiento. Todo con un enfoque interdisciplinario para lograr el objetivo de mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Un psicólogo oncólogo es un profesional de la psicología capacitado para ofrecer psicoterapia a pacientes y familiares
¿Cómo afecta el cáncer a nivel psicológico?
tienen cambios emocionales, conductuales y sociales, debido a que la enfermedad significa un cambio en su vida cotidiana e incluso en sus planes futuros. La respuesta psicológica depende de varios factores, como la edad del paciente, el diagnóstico oportuno o tardío y la gravedad de la afección, debido a que pueden alterar la aceptación y asimilación del tratamiento, pero, es relevante mencionar que cada proceso es individual.
Múltiples estudios mencionan que la mayoría de los pacientes oncológicos, entre el 30% y 50%, presentan síntomas ansioso-depresivos o trastornos de adaptación al inicio del tratamiento y aumentan en las recaídas. Además, el dolor y sufrimiento físico ocasionados por la enfermedad o por los tratamientos influye considerablemente en el estado de ánimo del paciente.
El 30-50% de los pacientes oncológicos presentan síntomas ansiosos-depresivos o trastornos de adaptación
Las necesidades psicológicas de los pacientes con cáncer más frecuentes son:
Apoyo emocional: los pacientes oncológicos suelen experimentar una serie de emociones, como miedo, ira, ansiedad, tristeza.
Información: cualquier paciente necesita recibir información clara para poder tomar las decisiones pertinentes a su salud, así como una guía para la hospitalización y/o tratamientos (como la quimioterapia y radioterapia).
Control de síntomas: los pacientes con cáncer presentan síntomas físicos y emocionales que pueden tener un impacto en su vida, por lo que requieren atención y tratamiento en situaciones como shock diagnóstico, afrontamiento de la enfermedad, gestión del dolor, depresión.
Comunicación efectiva y apoyo social: se requiere que la comunicación con el personal médico, los seres queridos y los pacientes sea apropiada.
Familiares de pacientes con cáncer
Los cuidadores formales o informales de un paciente oncológico también presentan una sintomatología y un fuerte desgaste emocional. En especial cuando el paciente depende significativamente del cuidador:
Físicos: cansancio, pérdida o aumento de peso, insomnio, malestar general, dolores de cabeza o musculares.
Psicológicos: mal manejo de las emociones, depresión, ansiedad y estrés crónico, baja autoestima, irritabilidad, resentimiento hacia la persona que cuida, culpa.
Social: aislamiento.
El cuidador puede priorizar al paciente y ponerlo por encima de sus propias necesidades, lo que puede generar consecuencias a largo plazo para el cuidador
El cuidado de un paciente con cáncer representa un cambio en el estilo de vida del cuidador; este puede priorizar al paciente e incluso ponerlo por encima de sus propias necesidades, lo que puede generar mayor malestar o consecuencias a largo plazo para el cuidador.
Es por esto que para la psicooncología el diagnóstico oncológico no solo conlleva un tratamiento individual, sino que también afecta a la familia y personas cercanas en su estilo y calidad de vida.
¿Cómo ayuda la psicooncología?
La psicooncología es un instrumento que ayuda a los pacientes y a sus familiares a:
Canalizar de una manera saludable sus emociones.
Favorecer la adaptación a los cambios psicológicos y físicos que se producen por los tratamientos o intervenciones quirúrgicas, como la caída del cabello por la quimioterapia.
Mejorar la respuesta y adherencia a los tratamientos médicos.
Mejorar el autocuidado.
Equilibrar la vida personal y familiar durante y tras el cáncer.
El psicólogo oncológico brinda apoyo y guía en todas las etapas de la enfermedad
El psicólogo oncológico por medio de la psicoterapia brinda apoyo y guía en todas las etapas de la enfermedad. Inclusive en aquellos pacientes que, por una detección tardía o por el tipo de cáncer, no tengan un diagnóstico o tratamiento esperanzador, ya que la psicooncología es útil para acompañar y orientar al paciente y familiares durante el progreso de la enfermedad, para detectar y atender las posibles reacciones patológicas características de los procesos de duelo (por la pérdida de la salud e incertidumbre sobre el futuro).
Intervención del psicooncólogo
En la práctica clínica, la psicooncología se integra en el equipo de atención médica. Estos profesionales de la psicología trabajan en colaboración con otros médicos y profesionales de la salud para brindarle una atención integral a los pacientes con cáncer. Además de estas tareas de prevención y promoción de la salud oncológica, el psicooncólogo ejerce otras funciones como la terapia familiar y asistencial a los profesionales de la salud.
La psicooncología en la práctica clínica puede incluir intervenciones psicológicas como:
la terapia cognitivo-conductual,
la terapia de apoyo,
la terapia de aceptación y compromiso,
la terapia grupal,
el asesoramiento o “counselling”,
hipnosis,
relajación
y la psicoeducación individual y familiar.
Para la psicooncóloga y psicoterapeuta Becky Malca Scharf (2005), pese a que la intervención del psicooncólogo dependerá de la evolución de la enfermedad, esta comprende principalmente tres fases:preventiva, terapéutica y rehabilitación, y de cuidados paliativos. Las cuales desglosa de la siguiente manera:
Fase de diagnóstico: es una etapa de mucha incertidumbre y miedo, tanto el paciente como los familiares suelen presentar un estado de impacto psicológico intenso, ira, negación, culpa, desesperación, etc.
La intervención del psicooncólogo en esta fase consiste en detectar las necesidades emocionales, psicológicas, sociales y espirituales, con el objetivo de orientarlos. De igual forma, se debe ofrecer apoyo emocional y facilitar la percepción de control sobre la enfermedad, ayudándoles a percibir que pese al diagnóstico hay cosas que se pueden hacer para afrontar la enfermedad.
Fase de tratamiento: Los efectos secundarios de los tratamientos oncológicos que esté recibiendo el paciente pueden comprometer su calidad de vida. Efectos que pueden desencadenar: alteraciones en la imagen corporal, disfunciones sexuales, fobia a los aparatos o instrumentos que suministran los tratamientos, malestar físico, dolor, ansiedad, entre otros efectos, que pueden generar dificultad para adherirse al tratamiento, lo cual da como resultado el abandono del mismo.
La intervención del psicooncólogo en esta fase consiste principalmente en potenciar estrategias de afrontamiento que permitan ayudar a la adaptación del paciente y su familia. Por ejemplo, manejar la ansiedad previa a la cirugía, abordando los miedos que la intervención quirúrgica puede estar generando al individuo.
Fase de intervalo libre de la enfermedad. La amenaza de volver a presentar la enfermedad aumenta, y debido a los controles médicos que suelen realizarse en esta etapa se incrementa la angustia, miedos y dudas del paciente y de sus familiares.
La intervención del psicooncólogo en esta fase consiste en facilitar la expresión de miedos y preocupaciones, por lo que es importante la empatía, buena comunicación, abordar las alteraciones emocionales presentes y proporcionar herramientas para incentivar la realización de distintos planes y actividades.
Fase de supervivencia. Mediante el apoyo psicológico se procura facilitar la adaptación del paciente a las secuelas físicas, sociales y psicológicas que la enfermedad haya podido generar. A su vez, se trabaja en la reincorporación a la vida cotidiana, y se brinda ayuda para la reinserción laboral u otras actividades e intereses del paciente.
Fase de recidiva o recaída: se caracteriza por un estado de shock más intenso que el que suele experimentarse en la fase de diagnóstico, debido al regreso del cáncer. Son muy comunes la ansiedad y depresión del paciente, de su familia e incluso de los profesionales de la salud.
La intervención del psicooncólogo en este periodo consiste en abordar y tratar los estados depresivos que puedan generarse. De igual forma es esencial trabajar en la adaptación al nuevo estado patológico.
Fase final de la vida. En esta etapa se aborda al paciente mediante tratamiento paliativo, es decir, el objetivo de la terapia cambia de curar a cuidar. Con la llegada de este cambio, las reacciones emocionales, tanto en el enfermo como en los familiares, suelen ser muy intensas: negación, rabia, depresión, aislamiento, agresividad y miedo.
La intervención del psicooncólogo se basa en ofrecer una mejor calidad de vida al paciente y a los familiares. Para ello es necesario detectar y atender las dificultades psicológicas y sociales que puedan presentar. También ayuda a controlar el dolor y los síntomas físicos, ofrecer apoyo emocional y potenciar estrategias de afrontamiento, como la toma de decisiones y el control. De igual forma, es importante abordar y reconducir las necesidades espirituales que puedan presentarse. En esta fase surge la tarea de acompañar al paciente en el proceso de morir y a su familia en la elaboración del duelo, con el objetivo de prevenir un duelo traumático
Con lo anteriormente expresado, podemos concluir que la psicooncología es una herramienta imprescindible a la hora de abordar un tratamiento de cáncer, porque permite poder aceptar el diagnóstico, afrontar el tratamiento y sobrellevar esta enfermedad de la mejor manera posible. Además, es realmente significativo cuidar la salud mental en todo momento para poder recuperar, mantener o mejorar nuestra salud física.
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