Los trastornos alimentarios (TCA) son enfermedades complejas que afectan tanto el cuerpo como la mente. Anorexia nerviosa, bulimia nerviosa, trastorno por atracón y otros trastornos relacionados con la alimentación se han convertido en temas recurrentes en la consulta del psicólogo y causa de mucho sufrimiento en las familias, debido al gran impacto que tienen. En este artículo, exploraremos lo que siente una persona con TCA, cómo afecta este trastorno a su vida cotidiana y la de su familia, y qué pueden hacer psicólogos y padres para brindar apoyo a las personas afectadas
El mundo interno de quien padece un trastorno alimentario
Una persona con un TCA experimenta una lucha interna constante, marcada por pensamientos intrusivos sobre el cuerpo, el peso y la alimentación. Estos pensamientos suelen derivar de:
- Autoexigencia y perfeccionismo: Muchas veces, los pacientes sienten que necesitan ser “perfectos” en todos los aspectos de su vida, y su cuerpo se convierte en un blanco de esa presión.
- Culpa y vergüenza: Comer puede generar emociones negativas intensas. Por ejemplo, alguien con anorexia podría sentir culpa por consumir una cantidad mínima de alimentos, mientras que una persona con bulimia enfrenta vergüenza después de un episodio de atracón seguido de purga.
- Miedo al rechazo: Existe un temor constante de no ser aceptado o amado si su cuerpo no cumple con ciertos estándares.
- Sensación de control: Para muchos, el control sobre lo que comen o no comen es una forma de lidiar con otras áreas de su vida donde sienten que no tienen poder.
Estas emociones y pensamientos generan un círculo vicioso que alimenta el trastorno y dificulta pedir ayuda.
El TCA puede sentirse como una «solución» momentánea a un problema más profundo, aunque en realidad intensifique el malestar a largo plazo
Impacto en la vida cotidiana
El impacto de un TCA trasciende lo físico, afectando la vida diaria en múltiples dimensiones:
- Aislamiento social: Quienes padecen TCA suelen evitar situaciones sociales que involucren comida, como reuniones familiares o salidas con amigos, lo que fomenta la soledad.
- Desempeño académico o laboral: La obsesión por el peso o la alimentación puede disminuir la capacidad de concentración y energía, afectando el rendimiento.
- Problemas de salud física: Los efectos físicos son graves y van desde desnutrición, fatiga y problemas digestivos hasta complicaciones cardíacas y óseas.
- Alteración emocional: La ansiedad y la depresión son comunes entre quienes tienen un TCA, profundizando su impacto en la calidad de vida.
El día a día de una persona con un TCA puede sentirse como una constante batalla contra sí misma, lo que resulta agotador tanto física como emocionalmente
El impacto en los seres queridos
El entorno familiar y social también sufre las consecuencias del TCA. Los seres queridos suelen experimentar:
- Confusión: Es común que no comprendan por qué su hijo, pareja o amigo no puede simplemente «comer normal» o «dejar de preocuparse por su peso».
- Sentimientos de culpa: Los padres, en particular, pueden preguntarse si fallaron de alguna manera o si son responsables del problema.
- Frustración: Ver a un ser querido luchar contra un TCA genera impotencia, especialmente cuando los intentos por ayudar no son bien recibidos.
- Tensiones familiares: Las discusiones sobre la comida o el peso pueden generar conflictos recurrentes y distanciamiento emocional.
- Preocupación constante: El temor de que las complicaciones del TCA puedan llevar a consecuencias graves, incluso fatales, crea un estado de alerta continua.
Aunque los familiares desean ayudar, muchas veces no saben cómo hacerlo, lo que puede intensificar el estrés tanto para ellos como para la persona que padece el trastorno
El papel de los padres en el apoyo al familiar con TCA
Para que los padres y familiares puedan desempeñar un papel fundamental en la recuperación, es crucial que entiendan cómo ofrecer apoyo de manera efectiva:
- Educarse sobre el trastorno: Comprender que un TCA no es una elección, sino una enfermedad compleja, ayuda a reducir juicios y estigmas.
- Mostrar empatía: Evitar comentarios críticos sobre el cuerpo o la alimentación de la persona y, en su lugar, escuchar con empatía.
- Evitar la presión directa: Insistir en que alguien coma o cambie su comportamiento puede generar resistencia. Es mejor fomentar un entorno de apoyo y cuidado.
- Establecer límites saludables: Aunque es importante estar presente, los padres deben cuidar su bienestar emocional para no agotarse en el proceso.
- Buscar ayuda profesional: Alentar y acompañar al familiar en la búsqueda de un psicólogo o equipo especializado es clave para la recuperación.
Los padres no deben intentar resolver el problema por sí solos: los TCA requieren un abordaje integral en el que los profesionales desempeñan un papel esencial
El trabajo del psicólogo en el tratamiento de los TCA
El tratamiento de los TCA es un proceso complejo que suele implicar un enfoque multidisciplinario, donde los psicólogos tienen un papel central. Entre las estrategias más utilizadas se encuentran:
Terapia cognitivo-conductual (TCC)
- Ayuda a identificar y desafiar los pensamientos distorsionados relacionados con el peso, la comida y la imagen corporal.
- Fomenta la construcción de habilidades para manejar el estrés y las emociones de manera saludable.
Terapia familiar
- Involucra a los padres y otros miembros de la familia en el proceso terapéutico para crear un entorno de apoyo.
- Se enfoca en mejorar la comunicación y reducir patrones familiares disfuncionales.
Terapia centrada en la aceptación y compromiso (ACT)
- Ayuda al paciente a aceptar sus emociones sin intentar evitarlas.
- Promueve el compromiso con valores personales que trasciendan la obsesión por la imagen corporal.
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Psicoeducación
- Enseña tanto al paciente como a su familia sobre los TCA, sus causas, y cómo afrontarlos.
- Proporciona herramientas prácticas para manejar situaciones desafiantes.
Colaboración con otros profesionales
- Los psicólogos trabajan junto a nutricionistas, psiquiatras y médicos para abordar tanto los aspectos físicos como emocionales del TCA.
El objetivo del tratamiento no es solo recuperar un peso saludable, sino también trabajar en los aspectos emocionales y relacionales subyacentes que sostienen el trastorno
Esperanza en el camino hacia la recuperación
La recuperación de un TCA es posible, aunque requiere tiempo, esfuerzo y un equipo de apoyo sólido. Es importante recordar que:
- Cada proceso es único: No todos avanzan al mismo ritmo; habrá altibajos, pero cada paso cuenta.
- La prevención es clave: Educar a los jóvenes sobre la aceptación corporal y los peligros de los estándares de belleza irrealistas puede marcar una gran diferencia.
- La colaboración es esencial: Psicólogos, familias y amigos deben trabajar juntos, respetando el ritmo y las necesidades de la persona afectada.
Conclusión
Los trastornos alimentarios no solo afectan a quienes los padecen, sino también a quienes los rodean. Comprender estas dinámicas es crucial para ofrecer una intervención psicológica eficaz y empática. Para las familias, el desafío está en acompañar sin juzgar, brindando amor y apoyo en el proceso de recuperación.
Con la ayuda profesional adecuada y un entorno de apoyo, las personas con TCA pueden recuperar no solo su salud física, sino también la conexión consigo mismas y con los demás. El primer paso siempre será entender que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía.