Cada día, cientos de niños en España y Latinoamérica regresan a casa tras largas estancias hospitalarias causadas por enfermedades graves, como el cáncer infantil. Para estos niños, el alta médica no marca el final del camino, sino el comienzo de una nueva etapa: la rehabilitación neuropsicológica. Y aquí es donde tú, como futuro especialista en neurodesarrollo, juegas un papel crucial.
Según la Sociedad Española de Hematología y Oncología Pediátricas (SEHOP), en España se diagnostican alrededor de 1.100 casos de cáncer infantil cada año. Gracias a los avances médicos, más del 80% de estos niños superan la enfermedad, pero muchos de ellos quedan con secuelas cognitivas y emocionales duraderas (SEHOP, 2024). En América Latina, las cifras son más difíciles de cuantificar por la variabilidad en los registros, pero se estima que alrededor de 29.000 niños son diagnosticados con cáncer anualmente (PAHO, 2023). Una proporción significativa de ellos experimenta afectaciones atencionales tras el tratamiento.
El niño después del alta
Cuando un niño vuelve a la escuela tras meses de hospitalización, no solo regresa con cicatrices visibles. Muchas de las secuelas son invisibles a los ojos del entorno: déficits atencionales, dificultades de concentración, fatiga mental y problemas de autorregulación. Estos síntomas afectan a su aprendizaje y rendimiento académico, así como a su autoestima e integración social.
Ahí es donde entra tu rol como psicólogo especializado. No se trata solo de aplicar pruebas o diseñar programas. Tu tarea es reconstruir funcionalmente la atención como herramienta para que ese niño vuelva a ser parte activa de su mundo.
Tú eres el puente entre la recuperación médica y la inclusión escolar y social.
¿Qué es la atención y por qué es tan vulnerable?
La atención no es un solo proceso, sino un sistema complejo que permite seleccionar, mantener y alternar el foco mental. El modelo de Sohlberg y Mateer distingue al menos cuatro tipos de atención:
- Sostenida: mantener el foco por períodos prolongados.
- Selectiva: filtrar estímulos irrelevantes.
- Alternante: cambiar entre tareas.
- Dividida: manejar múltiples fuentes de información al mismo tiempo.
En niños con DCA por tratamientos médicos intensivos (quimioterapia, radioterapia, cirugías), los déficits más comunes se observan en la atención sostenida y selectiva (Mulhern et al., 2005).
Estrategias que funcionan
La intervención neuropsicológica no es una receta única. Se adapta, evoluciona y se rediseña según el niño. Pero hay pilares que sostienen su eficacia:
1. Entrenamiento atencional estructurado
Este enfoque incluye programas graduados, digitales o manuales, que trabajan los diferentes tipos de atención de forma progresiva. Como profesional, es tu responsabilidad ajustar la dificultad, medir el avance y motivar al niño en cada paso. No se trata de “hacer ejercicios”, sino de crear experiencias de éxito.
2. Técnicas metacognitivas
Tu objetivo no es solo que el niño se concentre, sino que entienda cómo concentrarse. Enseñar estrategias como autoinstrucciones (“Ahora me concentro”), pausas conscientes o registros conductuales lo empodera. Le das herramientas para que sea protagonista de su mejora.
“La metacognición no es un complemento, es el núcleo de una intervención que busca autonomía y no dependencia.”
(Ríos-Lago, 2018)
3. Control del entorno y diseño ambiental
Como neuropsicólogo, también eres asesor. Acompañas a padres y docentes en la creación de espacios predecibles, ordenados y libres de distractores. La neuropsicología aplicada al entorno puede marcar la diferencia entre un niño frustrado y uno capaz de sostener su atención por primera vez en semanas.
4. Refuerzo positivo y motivación
Los niños con daño atencional necesitan experimentar éxito para querer seguir intentándolo. Tu intervención debe integrar mecanismos de refuerzo inmediato, juegos con recompensa y sobre todo, elogios con sentido.
El refuerzo no es un premio: es una validación del esfuerzo.
5. Apoyo psicoemocional
Ansiedad, tristeza, estrés postraumático. ¿Cómo pedir atención a un niño que está emocionalmente colapsado? El abordaje atencional necesita ir acompañado de intervenciones emocionales. En algunos casos, será necesaria una psicoterapia individual; en otros, bastará con crear espacios seguros y validar sus emociones.
Tu rol con el entorno
Una intervención atencional que ignora el contexto está destinada al fracaso. Tú, como psicólogo, debes formar al entorno del niño como facilitador. Esto incluye:
- Enseñar señales tempranas de distracción.
- Establecer rutinas de trabajo consistentes.
- Aplicar recordatorios visuales y pausas estratégicas.
- Promover hábitos saludables de sueño, alimentación y ejercicio.
Cada adulto que rodea al niño puede ser parte del problema o parte de la solución. Tu tarea es que todos se alineen como red de apoyo.
¿Qué puedes lograr?
Una intervención bien planificada y sostenida puede lograr:
- Más tiempo de permanencia en tareas.
- Menos errores por distracción.
- Mayor velocidad de ejecución.
- Mejor comportamiento en clase y casa.
- Incremento en la autoestima y percepción de competencia del niño.
No hablamos solo de puntuaciones en test. Hablamos de un niño que vuelve a sentirse capaz, incluido, acompañado. Esa es la verdadera medida de tu trabajo.
Conclusión
Como neuropsicólogo o psicólogo en formación, este tipo de intervenciones son una oportunidad de impactar profundamente en la vida de un niño y su familia. Estás en una posición única para convertir el daño en desarrollo, el déficit en posibilidad, la fragilidad en resiliencia.
El abordaje atencional no es solo una técnica, es un compromiso con el futuro del niño. Porque detrás de cada ejercicio hay un propósito: que ese niño no quede definido por su diagnóstico, sino por su capacidad de superarlo.
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Bibliografía
- Mulhern, R. K., Palmer, S. L., Reddick, W. E., Glass, J. O., Kun, L. E., & Gajjar, A. (2005). Neurocognitive consequences of risk-adapted therapy for childhood medulloblastoma. Journal of Clinical Oncology, 23(24), 5511–5519.
- Sohlberg, M. M., & Mateer, C. A. (1987). Effectiveness of an attention-training program. Journal of Clinical and Experimental Neuropsychology, 9(2), 117-130.
- Ríos-Lago, M. (2018). Neuropsicología y Rehabilitación en Daño Cerebral. Editorial Médica Panamericana.
- SEHOP (2024). Datos estadísticos de cáncer infantil en España. https://www.sehop.org
- Organización Panamericana de la Salud (2023). Cáncer infantil en América Latina. OPS/OMS.