El psicólogo experto en autoestima, Nathaniel Branden, afirma que la autoestima es “el sistema inmunitario de la conciencia” y “el tema psicológico más importante del mundo”. También sostiene que no es posible tener demasiada autoestima, como tampoco es posible tener demasiada salud física. En este artículo, siguiendo sus sabias palabras, vamos a ver cómo podemos construir una gran (y sana) autoestima.
¿Qué es la autoestima?
La autoestima es el sentimiento de aceptación o rechazo hacia el valor que nos damos a nosotros mismos y este valor se basa en la concepción que tenemos de nuestra persona.
La autoestima no es:
- El éxito social o económico, es decir, ser aceptado socialmente o tener mucho dinero.
- Enfocar la vida única y exclusivamente a satisfacer las necesidades y deseos e ignorar las de los demás.
- Creer que somos mejores que los demás.
Los dos componentes de la autoestima
La autoestima tiene dos componentes principales relacionados entre sí:
- Un sentimiento de capacidad personal, que se refiere a la confianza en nuestras capacidades y habilidades para enfrentarnos a la vida (“Yo puedo”).
- Un sentimiento de valía personal, que alude al respeto hacia uno mismo que hace que nos sintamos dignos de ser felices (“Yo me lo merezco”).
La autoestima es sentir que somos competentes para vivir y que merecemos vivir bien
La relación entre la competencia y el merecimiento es una relación dinámica y recíproca. Así que la mejora en uno de estos factores implicará una mejora en el otro.
Importancia de la autoestima
La importancia de la autoestima radica en que es la base desde la que vivimos nuestra vida. Si tenemos una buena autoestima, nos trataremos con mayor compasión, nos consideraremos una persona más valiosa y nos atreveremos a iniciar nuevos proyectos, buscar un trabajo mejor, etc. En cambio, si nuestra autoestima es baja, creeremos que no podemos afrontar los acontecimientos del día a día, no nos atreveremos a hacer cosas nuevas por miedo al fracaso, etc.
La autoestima es imprescindible para llevar una vida plena
La autoestima puede modificarse
Mejorar la autoestima es posible si actuamos sobre los diferentes elementos que la componen, pero se trata de un proceso de aprendizaje que requiere un trabajo continuo.
La autoestima es un fenómeno abierto y dinámico que se va forjando a lo largo de toda la vida, aunque sus cimientos se encuentran en la infancia.
En la edad adulta, la autoestima alcanza una cierta estabilidad, pero no es inmutable
¿Cómo mejorar la autoestima?
Según Nathaniel Branden, la autoestima puede mejorarse trabajando los siguientes 6 principios:
1. Vivir conscientemente
Vivir conscientemente significa:
- Tener una mente activa: Consiste en tomar la decisión de pensar, de conocer todo lo que nos afecta y no dejar esta responsabilidad a los demás para evitarnos “dolores de cabeza”.
- Disfrutar del ejercicio de la inteligencia: Se trata de entender nuestra consciencia como una fuente de satisfacción, en el sentido de preferir conocer a no hacerlo.
- Estar en el momento presente: Se refiere a pensar en lo que estamos haciendo mientras lo estamos haciendo y no en otra cosa. A menudo estamos haciendo algo y pensamos en otras cosas, lo cual nos distrae y nos impide estar enfocados.
- Conocer la realidad y enfrentarla: Ser conscientes de la realidad, interna y externa, ya sea agradable o dolorosa. En este último caso, implica además hacer frente a los impulsos para huir del sufrimiento mediante la inconsciencia, es decir, ignorando la situación para huir de ella. A la larga, esta reacción nos hace más daño que bien.
- Estar dispuestos a ser conscientes de los errores y tener voluntad para corregirlos; Para ello es necesario tener la mente abierta hacia nuevos conocimientos, lo cual puede hacer que nos tengamos que replantearnos nuestras ideas y valores.
Vivir conscientemente no significa que nos tenga que gustar todo lo que vemos, sino percibir y reconocer las cosas tal y como son
2. Aceptarse a uno mismo
La autoaceptación significa:
- Valorarnos y respetarnos
- No rechazar nada de nosotros mismos, ni siquiera aspectos que no nos gustan
- No estar en conflicto con nosotros mismos
- Estar siempre disponible para uno mismo
- Ser nuestro amigo
Pero aceptarse a uno mismo no significa:
- Creer que somos perfectos
- Pensar que somos mejores que los demás
- Renunciar a cambiar aquello que no nos gusta de nosotros mismos
En ocasiones, hay situaciones que son difíciles de aceptar y por eso nos resistimos a hacerlo. Esta resistencia nos bloquea y nos hace daño. Si luchamos contra este bloqueo se hace más fuerte, así que la manera de deshacerlo es dejar de resistirse. Para ello, debemos aceptar nuestra resistencia.
La autoaceptación es la condición previa al cambio
3. Responsabilizarse de uno mismo
Actuar de manera responsable supone responsabilizarnos de:
- Cómo cuidamos nuestro cuerpo
- Cómo tratamos a los demás
- Cómo utilizamos el tiempo
- Cómo mejorar nuestra autoestima
- Cómo ser felices
A menudo creemos que nuestra manera de comportarnos proviene del exterior, de cómo nos han educado y de nuestro entorno, pero, en última instancia, depende de nosotros mismos.
Vivir de un modo responsable no significa:
- Responsabilizarnos de las acciones de los demás
- Hacernos responsables de todo lo que pase a nuestro alrededor
Somos los responsables de nuestra vida y felicidad
4. Autoafirmarse
Autoafirmarse significa respetar nuestros derechos y necesidades y expresarlos de manera adecuada.
Tenemos derecho a:
- Considerar que nuestros sentimientos y valores son importantes y expresarlos
- Defender nuestras ideas
- Decir no
La autoafirmación supone:
- Afirmar nuestra consciencia: elegir pensar y ser consciente
- Comprometernos con nosotros mismos, en el sentido de tomar las riendas de nuestra vida
- Perseverar ante las dificultades, en lugar de salir huyendo
La autoafirmación no significa:
- Ignorar los derechos de los demás
- Imponer nuestros derechos ciegamente
La autoafirmación significa respetar nuestras necesidades, valores y deseos y expresarlos adecuadamente
5. Vivir con propósito
Vivir con propósito supone:
- Escoger conscientemente nuestras metas: Y el primer paso es averiguar qué queremos y a dónde queremos llegar en nuestra vida.
- Identificar las acciones adecuadas para llevar a cabo nuestros objetivos: Para ello es necesario revisar de qué conocimientos y capacidades disponemos.
- Comprobar si nuestra conducta concuerda con nuestras metas: En ocasiones, podemos desviarnos del camino trazado por pereza, cansancio o dificultad. Para evitarlo y reafirmarnos en nuestra voluntad, debemos comprometernos con nosotros mismos.
- Analizar los resultados: Para comprobar que estamos consiguiendo lo que pretendíamos inicialmente.
Únicamente nosotros podemos diseñar nuestro proyecto de vida, metas y propósitos. Para alcanzarlos debemos elaborar un plan de acción y, sobre todo, llevarlo a la práctica
6. Ser íntegro
Ser una persona íntegra supone preguntarnos si:
- Somos una persona honesta
- Somos una persona digna de confianza
- Mantenemos nuestras promesas
- Somos hipócritas
Si nos comportamos en contra de nuestros valores, actuamos en contra de nosotros mismos. Si este comportamiento se repite a menudo, perderemos el respeto por nosotros mismos y nuestra autoestima se resentirá.
Cada día tenemos que enfrentarnos a pequeñas cuestiones relacionadas con la integridad y aunque creamos que no tienen importancia, nuestra manera de actuar repercute en cómo nos sentimos con nosotros mismos y en nuestra identidad.
Actuar íntegramente concilia nuestros valores con nuestras acciones
La autoestima a lo largo de la vida
Como hemos comentado antes, la autoestima comienza a desarrollarse en la infancia, pero se construye y modifica a lo largo de toda la vida.
En la infancia, las interacciones con padres, cuidadores y el entorno inmediato juegan un papel crucial. Sin embargo, las experiencias posteriores, como relaciones, éxitos, fracasos, también influyen en cómo nos valoramos a nosotros mismos.
La autoestima no es fija; puede fortalecerse o debilitarse según las vivencias, y por ello debemos trabajar en ella incluso en la adultez.
Trabajar la autoestima a lo largo de la vida es fundamental para mantener un equilibrio emocional saludable
Pedir ayuda psicológica
Si tenemos una baja autoestima, acudir al psicólogo puede ser un paso clave para mejorar nuestro bienestar. El psicólogo clínico es el profesional que nos ayudará a identificar y cuestionar pensamientos negativos, desarrollar una autoimagen más positiva y aprender herramientas para gestionar emociones y relaciones.
Hemos de tener en cuenta que tener una baja autoestima va a impactar negativamente en nuestra vida personal
Ponernos en manos de un profesional nos permitirá construir una base sólida de confianza en nosotros mismos, y enfrentar los desafíos de la vida con mayor seguridad y bienestar emocional.
Conclusión
Los seis pilares propuestos por Nathaniel Branden son fundamentales para construir una autoestima sólida y estable. Aplicar estos principios en nuestra vida diaria es clave para sentirnos capaces y merecedores de conseguir una vida mejor. Pedir ayuda a un psicólogo para que nos ayude a reconstruir una autoestima dañada es un gran paso hacia el propio bienestar y felicidad.