En el mes de mayo se celebra el Día de la Madre. Muchas mamás reciben bombones, flores o postales con dibujos de sus hijos en señal de agradecimiento. Pero desde el instituto Raimon Gaja queremos honrar a todas las madres poniéndolas en valor como figuras de apego, y la calidad de su vinculación afectiva como factor decisivo en el bienestar presente y futuro de sus hijos. Porque, como veremos en este artículo, un apego seguro entre madre e hijo es la primera línea en una historia de vida feliz.
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¿Qué es el apego?
El apego es un lazo afectivo especial que se genera con personas significativas del entorno. Este lazo es muy importante, porque influye sobre la construcción de nuestra personalidad y condiciona la manera de ser de la persona en la vida adulta.
La Teoría del Apego, desarrollada por el psiquiatra británico John Bowlby en la década de 1960, afirma que el niño necesita tener confianza en que puede contar con una figura de apego accesible y dispuesta a cuidarlo y protegerlo siempre, porque “la confianza ilimitada en la accesibilidad y apoyo constituye la base de desarrollo de una personalidad estable y segura de sus propias fuerzas”.
El apego entre madre e hijo es una conexión emocional profunda que impacta en la vida emocional del niño
Otros estudiosos del apego, como Bretherton y Mullholland, coinciden con esta idea, y sostienen que “el grado de seguridad que el niño experimenta durante los primeros meses de vida depende en gran medida de señales exógenas, como la disponibilidad y responsabilidad afectiva de los cuidadores”. Y que “la calidad de la relación entre la madre y el hijo en la infancia temprana puede predecir el comportamiento y la salud mental del niño en el futuro.”
Tipos de apego
Se han categorizado cuatro tipos de apego, que nos pueden ayudar a comprender mejor por qué algunas personas disfrutan al relacionarse con otras personas y pueden establecer vínculos afectivos perdurables y significativos, mientras que otras viven con gran dificultad y conflicto la relación con los otros, a veces con gran pena por su parte, pues no es algo buscado conscientemente.
Apego seguro
Los niños que tienen un apego seguro muestran conductas de exploración activa, se enojan cuando su cuidador se marcha, se alegran cuando regresa, y, si se asuntan, buscan consuelo en su figura de apego (madre, padre, etc.)
Los padres de estos niños suelen estar muy presentes, jugar con ellos de manera frecuente y reaccionar ante las necesidades de sus hijos de forma rápida.
Un niño con apego seguro es capaz de desapegarse de sus progenitores y se consuela con facilidad, pero, si siente miedo, los busca. Prefiere estar con sus padres antes que con desconocidos.
El niño con apego seguro, confía en que, si se encuentra ante una situación difícil, su figura de apego estará accesible y se mostrará sensible y colaboradora con él
Por su parte, los adultos con apego seguro tienen relaciones duraderas, cuentan con una buena autoestima, buscan el apoyo social y son capaces de compartir sus sentimientos con otras personas.
Esto les empodera frente a las dificultades naturales de la vida, y les garantiza una mejor salud mental y probablemente una vida más feliz.
Apego ansioso
Estos niños se muestran angustiados y con rabia cuando se separan de sus padres. Suelen llorar y aferrarse a su progenitor para protestar por su marcha. Desconfían mucho de los extraños. Le cuesta mucho calmarse y no suele retomar la exploración. Cuando los progenitores regresan no parecen tranquilos ni reconfortados. De hecho, pueden llegar a mostrar rechazo pasivo hacia ellos.
La clave de este tipo de apego es la baja disponibilidad materna o paterna.
El niño con apego ansioso vive con incertidumbre si su madre o figura de apego responderá o no ante sus necesidades
Los niños que crecen con este estilo de apego se convierten en adultos reacios a acercarse a los demás, sienten que sus parejas no los quieren y experimentan una angustia muy profunda cuando terminan una relación de pareja o incluso de amistad.
Apego evitativo
Estos niños se caracterizan por conductas de distanciamiento. Muestran tendencia a evitar a los progenitores, sobre todo tras un periodo de ausencia por parte de los mismos.
Los niños que tienen este tipo de apego no muestran preferencias entre un progenitor y un completo desconocido. Si el progenitor se va, no lloran; se concentran en los juguetes y evitan el contacto cercano.
El niño con apego evitativo espera ser desairado, por rechazo materno, vinculado a un conflicto más oculto
De adultos desarrollan miedo al compromiso, problemas en la intimidad, muestran poca emoción en las relaciones románticas y sociales y no están dispuestos a compartir sus sentimientos con otros. Por este motivo, cuando una relación termina no experimentan angustia.
Apego desorganizado
Según la psicóloga Iratxe López, estos niños suelen mostrarse ante sus cuidadores “con una mezcla de comportamientos que incluyen la evitación o resistencia”. Ante sus padres pueden notarse aturdidos, confundidos, y aprensivos.
Cuando son algo mayores pueden actuar como “cuidadores de sus padres”. Esta actitud se debe al comportamiento inconsistente por parte de los progenitores, es decir, padres que se comportan como figura de miedo y de tranquilidad al mismo tiempo, provocando confusión en el niño.
Cuando son adultos se convierten en personas que tienen relaciones inestables, con miedo al abandono y sienten que no pueden intimar con los demás.
El niño con apego desorganizado se muestra desorientado ante sus padres
Para Bowlby, lo que distingue los diferentes tipos de apego que hemos visto es en el grado de privación de cuidados maternos, porque para el niño no contar con el apego seguro de su madre o cuidador principal implica un riesgo para su supervivencia.
Es importante tener en cuenta que las pautas de apego entre madre e hijo suelen persistir en la vida adulta del niño, por lo que resulta relevante procurarle un estilo de apego saludable.
¿Cómo fomentar el apego seguro entre madre e hijo?
Ahora que hemos visto la necesidad de establecer un vínculo afectivo entre madre e hijo (o entre cuidador e hijo) basado en un apego de tipo seguro, veamos los 6 consejos que brinda la psicóloga infantil, docente y logopeda Elena Mesonero:
Aceptar a los niños tal y como son
Es decir, aceptar sus fortalezas y debilidades, sin esperar que sean algo distinto a lo que son. A menudo, los padres fantasean sobre cómo desean que sean sus hijos, y si no se cumplen sus expectativas puede surgir el conflicto.
El niño necesita sentir a la figura de apego como un lugar de seguridad para explorar, conocerse a sí mismo y avanzar, y si no se siente aceptado, creará patrones mentales inseguros que puede reproducir en su vida adulta.
Multitud de adultos no consiguen establecer relaciones, porque no creen ser “lo suficientemente buenos” o porque creen que no van a ser aceptados por los demás
Respetar lo que sienten y ayudar a gestionar sus emociones
Los niños no pueden gestionar sus emociones como lo hacen los adultos, ya que su cerebro está en proceso de desarrollo, por ello, necesitan que los padres les ayuden a gestionar sus emociones. Si, por ejemplo, un niño experimenta una rabieta, es necesario respetar lo que siente y brindarle alguna herramienta que les permita volver a la calma. Esto le enseñará a relacionarse con los demás desde el respeto y con inteligencia emocional.
Fomentar la autonomía del niño
Como madre o padre es importante velar por la seguridad del niño, pero también se le debe dar alas que le permita volar solo. Esto contribuye a que el niño desarrolle una alta autoestima y seguridad en sí mismo. Como afirma Mesonero: “Al saber que sus padres estarán ahí si los necesita, el niño no tendrá miedo de explorar y hacer las cosas por sí mismo”.
Jugar
El juego es una manera de comunicarse a través de la cual la madre puede enseñar a sus hijos habilidades sociales, nuevos conocimientos y valores, mientras que aprenden a regular sus emociones.
Es importante jugar con los hijos, porque cuando el niño juega aprende a vivir y a relacionarse socialmente
Contacto físico
Abrazar o tomar las manos de los hijos es fundamental para crear un vínculo cercano con ellos; la madre debe tener presente que el contacto físico es una fuente de bienestar que brinda calidez y confianza.
Amor incondicional
El amor no debe estar condicionado por las actitudes del niño, por el contrario, el amor debe expresarse de forma incondicional, independientemente de lo que pase. Esto hará que el niño confíe en su madre hasta el punto en que le pueda decir la verdad incluso cuando este se haya equivocado.
Conclusión
El vínculo de apego entre madre e hijo es fundamental en el desarrollo emocional y psicológico de un niño.
La presencia de un apego seguro se traduce en una mayor autoestima, confianza en sí mismo y habilidades sociales más desarrolladas.
Por otro lado, un apego inseguro puede manifestarse en dificultades para regular emociones, problemas de conducta y en las relaciones interpersonales.
Es crucial cultivar un apego seguro, brindando amor, atención y apoyo emocional constante, porque el vínculo emocional madre hijo es, según Levín, “el andamiaje funcional para todas las relaciones subsecuentes que el niño desarrollará”.
En resumen, el apego entre madre e hijo es un proceso dinámico y vital que sienta las bases para el bienestar emocional y la salud mental a lo largo de la vida.
Es un lazo poderoso que moldea la forma en que los individuos se relacionan consigo mismos y con los demás, y por ello es vital fomentar relaciones afectivas saludables desde la infancia.
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Bibliografía
Bonillo (s/f.). El Apego ¿Qué es? ¿Cómo se desarrolla? ¿Qué influencia tiene? Área humana. Disponible en: https://www.areahumana.es/apego/#:~:text=El%20apego%20es%20un%20lazo,seamos%20en%20la%20etapa%20adulta.
GARRIDO ROJAS, L. Apego, emoción y regulación emocional. Revista Latinoamericana de Psicología 2006. volumen 38, No 3, 493-507 Disponible en Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80538304
Levín, Mariel (2010). Impacto del vínculo madre-hijo en el desarrollo infantil. Aportes de la teoría del apego. II Congreso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en Psicología XVII Jornadas de Investigación Sexto Encuentro de Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de Psicología – Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
López (2020). Los 4 estilos de apego de la Teoría del Apego y su importancia. Iraxte López Psicología. Disponible en: https://iratxelopezpsicologia.com/los-4-estilos-de-apego-de-la-teoria-del-apego-y-su-importancia/
Mesonero (2023). 10 claves para fomentar el apego seguro en tus hijos. Criar con sentido común. Disponible en: https://www.criarconsentidocomun.com/fomentar-el-apego-seguro-hijos/
Recursos adicionales
Libros:
Guerrero (2020). Educar en el vínculo. Editorial Plataforma.
Estremera (2023). Criar con apego seguro: cómo acompañar a los más pequeños en el día a día. Editorial Ariel.
Rodríguez (2024). Cuatro estilos de apego. Editorial Arpa.
Vídeos:
El vínculo de apego comienza durante el embarazo. Claves para reforzarlo (2023). Psicoactiva. Video. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=o90wasI15DQ
La Teoría del Apego: Cómo la Infancia Afecta la Vida. Sprouts Español. (5 nov 2020) Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=olnzuMtZdA8
Educación Inicial (2017). Fundación Carlos Slim. Video. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=dU_U5NwXAOY
¿Qué es el apego seguro? (2020). Mis primeros tres. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=2DjfCRAHjXE
Efecto de la privación emocional y la negligencia en los bebés. Subtítulos en español. Mental Health Treatment. Disponible en: https://www.youtube.com/watch?v=ChoOExRLT4Q&t=2s