Al acabar la carrera nos preguntamos: ¿y ahora qué?, pero no se trata tanto del qué como del quién. Porque la principal tarea de una persona que desea encontrar un lugar significativo para ella en el mercado profesional es descubrir quién es y cuál es su misión. Esto no es una tontería, no es una moda ni algo que solo deba hacerlo quien desee montar una empresa. Es una necesidad para todos aquellos que vivimos en la sociedad actual, una sociedad en la que, por poner un dato, se licencian más de 5.000 psicólogos al año, y en la que la clave es la visibilidad.
La visibilidad en el mercado laboral
¿Has entrado recientemente en una librería? ¿Te has percatado de la ingente oferta que encontramos en sus estanterías? ¡Hay tantos libros que resulta mareante! Todos tienen una oferta artística o intelectual que hacernos. Todos desean ser leídos. Pero solo unos pocos van a ser vistos y por tanto tenidos en cuenta por el comprador. ¿Quiénes? Los que estén colocados en lugares más visibles.
Pues en el mundo laboral pasa lo mismo. No importa si aspiras a trabajar por cuenta ajena o por cuenta propia. En el primer caso, necesitarás hacerte visible para que otra persona quiera ser tu jefe. En el segundo, necesitarás ser visible para que otras personas quieran ser tus clientes o pacientes. Pero siempre, en todos los casos, necesitarás ser visto.
Importancia del proyecto personal y profesional
¿Y cómo distinguirse en un mundo con tanta gente y tan bien preparada? Hace 30 años te distinguías teniendo una carrera. Hace 20, teniendo una carrera más un máster. Hoy en día necesitas la carrera, el máster y un proyecto personal y profesional definido que te ayude a saber quién eres y qué te hace especial. Y para eso se necesita una labor de autoconocimiento. Qué es lo que de verdad me importa. Qué puedo hacer para que mi visión del mundo se materialice. En qué destaco. Qué destacan los demás de mí. Qué valores me mueven. De aquí a 1, 3 y 5 años dónde me gustaría estar, con quién, haciendo qué.
Estas y otras preguntas son las que necesitamos hacernos para construir nuestro proyecto de vida y profesional. Parecen fáciles de responder, pero no lo son en absoluto. Cuando uno se plantea estas preguntas verdaderamente en serio se da cuenta de qué poco sabemos de nosotros mismos y del poco tiempo que hemos dedicado a reflexionar sobre ello.
Reflexionar sobre quién eres, qué te hace vibrar, qué te importa, qué cosas se te dan bien de una manera natural, etcétera, dibujará ante ti un retrato de ti mismo que te ayudará a clarificar no solo quién eres, de dónde partes y adónde te gustaría llegar, sino también, y quizá lo más importante, quién puedes llegar a ser. Conocerse a uno mismo multiplica las posibilidades de encontrar empleo, porque:
- Si te conoces a ti mismo no buscarás empleo sin ton ni son, sino que cercarás tu territorio de búsqueda, e irás solo hacia aquello que se adecue a ti. Buscar sin limitar aumenta la probabilidad de ser rechazado, lo que no hará sino confirmar tus sospechas de que el mercado está fatal.
- Delimitar tu territorio te dará una sensación de haber intervenido activamente al menos en la primera selección, y esto te empoderará, porque ya no estarás tanto pidiendo un empleo como ofreciendo unos atributos.
- Si te conoces a ti mismo acudirás a las entrevistas de empleo o reuniones con clientes con mayor seguridad, porque al tener las cosas claras confiarás en tu capacidad para transmitir quién eres y por qué han de confiar en ti.
- Conocerse muy bien a uno mismo es imprescindible para posicionarse en el mercado profesional como una marca personal.
Desarrolla tu marca personal
Tal como escribe la analista digital Neus Arqués: «Nuestro éxito personal pasa hoy por entender y desarrollar nuestra marca personal en una cultura –la occidental- donde el individuo es el centro.» Ciertamente, con los veinte y pocos años que se tienen cuando se finaliza la carrera universitaria todavía nos queda mucho por descubrir de nosotros mismos. Pero eso no importa. Empecemos a dibujar el proyecto desde ahora, y ya iremos ampliando los trazos a medida que vayamos creciendo. De hecho, el proyecto de vida y profesional no es algo que se haga una vez en la vida y ya está. Al contrario. Se trata de un trabajo al que deberemos volver periódicamente durante el resto de nuestras vidas.
CONSEJOS:
- El autoconocimiento no es una tarea fácil. Puedes apoyarte en la lectura de libros que te ayuden a hacer el proceso de introspección necesario o acudir a seminarios. Si no te ves capaz de hacer esta tarea tú sola/o, solicita el asesoramiento de un coach, pero hazlo.
- Tómate tiempo para definir tu proyecto de vida y profesional. Se trata de una tarea de introspección profunda, y difícilmente darás con la respuesta definitiva a la primera. Ante preguntas del tipo: «Qué es lo que de verdad me importa en la vida», tendemos a dar respuestas rápidas y fáciles: «Ser feliz.» Pero si nos detenemos a escuchar nuestras palabras, en seguida nos daremos cuenta de que hemos contestado con el piloto automático, y de que esa respuesta no encuentra eco en nuestro interior. ¿Cuándo sabremos que estamos contestando de verdad, desde un pensamiento propio e independiente? Cuando al verbalizar nuestro fin, lo veamos materializarse en nuestro interior. Si al hablar de lo que quieres, lo ves desplegándose como un abanico ante ti, puedes estar seguro/a de que ese es tu sueño. Como decía Walt Disney: «Si lo puedes soñar, lo puedes hacer.» Solo falta que te pongas a trabajar en ello.
María José Mateo
Periodista
Experta en psicología de divulgación