Se centra en proporcionar una comprensión profunda de las bases neuropsicopedagógicas y su aplicación práctica en el acompañamiento emocional. La comunicación indirecta y la comunicación emocional emergen como herramientas clave en este proceso, facilitando un entorno propicio para la expresión y comprensión de las emociones. Además, la capacidad de establecer objetivos claros y alcanzables asegura que los profesionales puedan diseñar intervenciones efectivas, promoviendo así el bienestar emocional y el desarrollo integral de las personas.