La prevención primaria del deterioro cognitivo y la demencia constituye un desafío prioritario en salud pública. En esta conferencia se abordarán tres áreas clave: la reserva cognitiva, la nutrición y el ejercicio físico. Se destacará la importancia de diferenciar entre factores de riesgo modificables y no modificables, subrayando cómo las intervenciones dirigidas al estilo de vida pueden retrasar la progresión del deterioro. Se prestará especial atención al papel de la estimulación cognitiva como estrategia capaz de demorar la expresión clínica de las enfermedades neurodegenerativas, ofreciendo así una ventana de oportunidad para la promoción de un envejecimiento saludable.