El Campus Internacional de Verano, organizado por el instituto Raimon Gaja, ha entrado en la recta final, pero antes queremos hacer un alto en el camino para charlar con algunos de los docentes de los diplomados y el director de iRG. Con ello, deseamos abrir un espacio a la reflexión y preguntarles qué creen que aportan los diplomados a las personas graduadas o licenciadas y de qué manera contribuyen a su desarrollo profesional.
La profesora Genoveva Vera al finalizar su clase de Neuroliderazgo.
La primera en responder es Genoveva Vera, una profesora entusiasta y experimentada, que forma parte del equipo que imparte clases en el “Diplomado de Liderazgo y Desarrollo de Competencias Gerenciales”, junto a Néstor Dionisio, Yolanda Ríos y Fermín Carrillo.
Para ella, este diplomado “se tiene que hacer sí o sí, porque aporta lo último de lo último en neurociencia aplicada al mundo de la empresa”. Y nos explica que actualmente se sabe mucho sobre cómo activar las áreas cerebrales y cómo liberar los neurotransmisores para que la gente entre en acción, tenga menos estrés, mayor bienestar, y se fidelice a una empresa.
“El líder de un equipo debe saber cómo puede activar el cerebro de sus colaboradores y obtener los mejores resultados para satisfacción de todos, y en esto se centra nuestro diplomado”
El profesor Néstor Dionisio, coach y psicólogo reconocido internacionalmente, al finalizar una de sus clases.
A continuación, hablamos con Fermín Carrillo, uno de los profesores que participa en el “Diplomado de Habilidades Directivas Avanzadas”. Este diplomado comparte el mismo cuerpo docente que el de Liderazgo, aunque se trata de la versión avanzada.
Carrillo destaca, en primer lugar, que el diplomado permite ampliar la red de contactos. “Hablamos de un diplomado que cuenta con autoridades de diferentes Universidades y Colegios Profesionales y esto permite importantes sinergias que multiplican el aprendizaje y genera un crecimiento que es difícil de encontrar en otro tipo de diplomados”.
En segundo lugar, Carrillo destaca la gran experiencia de los docentes del diplomado en la dirección de personas y que esto capacita al alumnado para abordar diversidad de situaciones en el futuro, “lo que se llama transferencia de conocimiento al propio puesto de trabajo”.
“El máster trabaja el liderazgo con un enfoque actualizado y sobre todo permite ganar confianza para liderar grupos”
Las profesoras Julia Pérez (dcha.) y Esperanza Galán (al fondo izqda.) ofreciendo una clase de Neuroeducación.
La tercera docente en ofrecernos su opinión es María Luisa Corredera, profesora del diplomado de “Neuroeducación: Intervención y Estimulación del Desarrollo Cognitivo”, quien forma equipo con Diego Redolar, Esperanza Galán, Julia Pérez, Anna Amor y Mónica Cortés.
Para Corredera, este diplomado permite conocer los procesos del aprendizaje desde el neurofuncionamiento infantil y juvenil, y esto es “un aspecto clave para cualquier educador de vanguardia”. El alumno se capacita para aplicar los principios de la neurociencia educativa, desarrollar nuevas estrategias de intervención e implementar programas respetuosos con la neurodiversidad del alumnado, “tan importante de defender y proteger en los centros educativos”, opina Regadera.
Con este perfil, el alumno mejora significativamente su práctica profesional, ya que “puede ofrecer intervenciones más efectivas”.
“La neurociencia educativa es la única base posible para llevar la práctica docente hoy en día a los centros educativos”
La profesora Raquel Molero ofreciendo una clase de Terapias de Tercera Generación.
A continuación, Ginnette Muñoz, profesora del diplomado de “Psicología Clínica: Terapias de Tercera Generación”, en equipo con Andrea Mencía, Raquel Ballesteros y Raquel Molero, nos ofrece su opinión al respecto.
Para Muñoz, cualquier licenciado en cualquier área debe estar constantemente en reciclaje, “es un deber ético”, asevera. Un diplomado, por otra parte, no implica hacer un compromiso de un año como ocurre con estudios más ampliados como los másters, sino que “son una píldora que te da profundidad y exclusividad en un aprendizaje muy concreto, muy enfatizado en un área”.
Más específicamente, respecto al diplomado de Terapias de Tercera Generación, Muñoz explica que se analiza el porqué y el para qué de las terapias de la tercera ola, y cómo se pueden abordar los trastornos de mayor prevalencia social desde esta corriente psicológica. “Las terapias de tercera generación no son una moda, responden a una nueva necesidad social”, concluye la psicóloga.
“Los diplomados son una píldora que te da profundidad y exclusividad en un aprendizaje muy concreto, muy enfatizado en un área”
De derecha a izquierda: Raimon Gaja, director de iRG, con Ginnette Muñoz y Yanseb Dimitrov, presidente de la European Association of Apllied Psychology (EAAP).
Para finalizar, este artículo no aportaría una visión completa sin el testimonio de Raimon Gaja, fundador y director de iRG.
Raimon Gaja tiene una experiencia de 40 años en la formación de posgrado, y fue pionero en la creación de cursos de formación posuniversitaria, siendo una de las personas que más ha hecho por la formación en España.
Gaja, testimonio privilegiado de la evolución de la formación en las últimas cuatro décadas, explica que: “Antes, la formación posuniversitaria era opcional y tenía dos propósitos fundamentales: aprender aplicaciones prácticas y destacarse de los demás”. Hoy en día es mucho más que eso: “Es un deber deontológico: el psicólogo debe estar constantemente formándose y renovándose”.
“Somos una entidad profundamente hermandada con Latinoamerica, y tenemos mucho interés en fomentar la movilidad internacional de alumnos y docentes, así como de promover el networking”
Preguntado sobre el porqué de que una entidad como el instituto Raimon Gaja apueste por crear eventos como el Campus Internacional, el director nos explica que la oferta académica de iRG está centrada fundamentalmente en los másteres universitarios oficiales y de título propio en Psicología clínica, Neuropsicología, Educación y Logopedia; pero que, “como institución profundamente hermandada con Latinoamérica, tenemos muchísimo interés en fomentar la movilidad tanto de alumnos como de docentes”. Por otra parte, explica que otro objetivo irrenunciable para iRG es ayudar a la profesionalización de los alumnos. En este sentido, el Campus Internacional es un buen formato, porque “promueve el intercambio cultural y académico entre instituciones, produciendo un enriquecimiento académico y profesional de los alumnos concentrado en dos semanas”, y, por otra parte, es una plataforma excelente para el networking, ya que “los alumnos pueden conectar con profesionales y académicos que pueden ser determinantes para su futuro profesional”.