Niños en casa por Navidad. ¿Dejamos que se aburran un poco?

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Con las vacaciones escolares de Navidad llegan días bonitos para compartirlos en familia, pero también hay muchas horas libres que hay que “llenar”, o al menos así lo creen algunos padres que se afanan en buscar todo tipo de actividades divertidas, lúdicas, educativas…, de todo tipo, hasta atiborrar la agenda diaria de sus hijos. ¿El objetivo? ¡Evitar que los niños se aburran!

 En este artículo proponemos un punto de vista diferente, siguiendo los datos de diversos estudios, los cuales han demostrado que cierto grado de aburrimiento es una gran oportunidad para los niños, pues les deja tiempo para explorar lo que les gusta y para desarrollar su creatividad.

 

Por qué dejar que se aburran (un poco)

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Fuente: Imagen tomada de Fundación Pa’Arriba (Ecuador). https://www.paarriba.org/la-creatividad-nace-del-aburrimiento/

 

La rutina diaria de los niños suele ser tan estructurada que cuando tienen tiempo libre se sienten incómodos y no saben qué hacer, por lo que demandan ayuda de los padres.

La frase “Me aburro” es frecuente en vacaciones escolares y puede ser detonante de la sobrecarga que experimentan algunos padres. Sin embargo, especialistas en educación y psicología infantil indican que está bien que los niños se aburran, pues puede ser más constructivo de lo que los padres se imaginan. 

El aburrimiento es una oportunidad para que las niñas y los niños desarrollen otras habilidades, relacionadas con el juego, como la imaginación, la curiosidad, el simbolismo y la creatividad que es clave en un correcto aprendizaje, además de favorecer la autoestima y la autonomía.

La doctora Stephanie Lee, directora del Centro para el TDAH y trastornos del comportamiento del Child Mind Institute explica que el aburrimiento ayuda a los niños a desarrollar habilidades valiosas, como por ejemplo la tolerancia frente a situaciones que no le son tan favorables, aprendiendo a manejar las frustraciones y regular las emociones cuando las cosas no salen como los pequeños esperan.

 


El aburrimiento ayuda a los niños a desarrollar habilidades valiosas, como la tolerancia a la frustración.


 

De igual manera, el aburrimiento contribuye a:

  • Promover la reflexión y el autoconocimiento. El niño aprende a conocerse, explorando sus fortalezas y debilidades, sus gustos y preferencias.
  • Estimular el juego activo que incluye actividad física, como por ejemplo juegos de perseguirse, esconderse, explorar, correr, saltar, etc.
  • Desarrollar la capacidad para imitar: los niños se interesan por los juegos de rol, asumiendo el papel de los adultos para jugar a “dar una clase como lo hace la maestra”, “bañar al muñeco” o “preparar un pastel”.
  • Estimular el uso de habilidades motrices.
  • Desarrollar la capacidad para explorar, tanto interna (preferencias, posibilidades) como externamente (conocer el entorno).
  • Estimular la habilidad para planificar.
  • Fomentar la capacidad para resolver problemas.
  • Estimular habilidades de flexibilidad.
  • Desarrollar la capacidad de organización y manejo del tiempo.
  • Fomentar la autonomía. Los niños aprenden, por sí mismos, a encontrar actividades para ocupar su tiempo libre, disminuyendo el control parenteral.

 


Estas habilidades son aprendidas no por el aburrimiento en sí, sino por lo que se hace con él.


 

Los niños y las niñas de forma usual no tienen la tarea de planificar su día, pero cuando tienen tiempo de ocio y están aburridos, lo ideal es que organicen su tiempo, organicen un plan, definan las actividades a realizar, planifiquen los materiales o elementos necesarios para concretar los proyectos, resuelvan problemas, entre otros.

 

¿Cómo enfrentar el aburrimiento en casa?

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El papel de los padres consiste en ayudar a los niños a aprender a manejar el aburrimiento, desarrollando su independencia, de manera que los críos sientan el control sobre su bienestar.

Para ello, es importante tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:

  • No ofrecerles soluciones rápidas y fáciles para el aburrimiento, como las tabletas, el ordenador o el móvil, sino animarlos a buscar sus propios recursos y alternativas. 
  • Darles espacios libres para que ellos decidan qué hacer. 
  • Evitar colmar su agenda de actividades.
  • No intervenir de forma constante en su juego. 
  • Respetar sus decisiones y su propio ritmo.

 

Algunas estrategias para ayudar a los pequeños a gestionar el aburrimiento por sí mismos, pero sintiéndose acompañados emocionalmente son:

  • Tomarse un tiempo con ellos, sin importar la edad, y conversar sobre sus intereses y pasiones. 
  • Ayudarlos a elaborar una lista de proyectos o tabla de actividades (se pueden utilizar pegatinas o imágenes para hacerla más atractiva) que pueden revisar cuando estén aburridos, en lugar de recurrir a los padres.  Lo recomendable es que sea una mezcla entre sus ideas y las de papá y mamá. Este puede ser un momento valioso para conectar con los niños y disfrutar tiempo de calidad.
  • Utilizar la tabla de actividades como un programa cotidiano, con los proyectos de cada día y el tiempo que se va a dedicar a cada uno. Esto los ayudará a estructurar el tiempo y concentrarse en las tareas.

 


Una vez que la niña o el niño aprende a manejar su tiempo de ocio, es importante que los padres gratifiquen y elogien su capacidad de ocuparse de sí mismo/a con autonomía.


 

En conclusión, que los niños se aburran puede ser un desafío para los padres, porque puede generar bostezos, mal humor u otras conductas negativas, pero una pequeña dosis de aburrimiento es esencial para mejorar el desarrollo de algunas habilidades cognitivas, emocionales y sociales de los niños.

El aburrimiento puede ser una oportunidad para que los pequeños exploren sus intereses, se conecten con sus emociones y se relacionen con los demás; ayudando a estimular la creatividad, la curiosidad, la imaginación y la resolución de problemas. Además, favorece la autoestima, autonomía, empatía y cooperación. El aburrimiento no es una amenaza, sino un desafío que invita a los niños a crecer y aprender.

 

Bibliografía:

Miller, G. (2023). Los beneficios del aburrimiento. Child Mind Institute.

Piera Pinto, L. (2023). ¿Por qué es bueno el aburrimiento en la infancia? FAROS Hospital Sant Joan de Déu.

Revisado y aprobado por Dr. Fermín Carrillo, Director de la Cátedra de Educación del instituto Raimon Gaja.
Escrito por Yezair Silva

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