María Luisa Regadera: “El Diplomado en Neuroeducación deja huella”

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El Campus Internacional de Verano de iRG acoge estos días el Diplomado en Neuroeducación, con una participación muy activa que combina asistencia presencial y seguimiento en línea  (HomeClass©) desde distintos puntos del país y del extranjero. Se trata de un ‘imprescindible’, dado el seguimiento y valoración del alumnado, lo que demuestra que las nuevas generaciones de profesionales de la educación, en todas sus modalidades, están impulsando una transformación profunda en el mundo educativo.

En este contexto, hablamos con una de las voces más reconocidas en este ámbito: la profesora María Luisa Regadera. Psicopedagoga, especialista en neuropsicología, neurorehabilitadora y experta en neuroeducación, imparte actualmente clases en el “Diplomado en Neuroeducación: Intervención y Estimulación del Desarrollo Cognitivo”. Su experiencia clínica, su labor académica y su capacidad para traducir la ciencia en herramientas concretas la han convertido en referencia para quienes desean entrar en el mundo de la neuroeducación. En esta entrevista, hablamos con ella sobre los retos y oportunidades que ofrece este diplomado a los alumnos.

 

1. ¿Estamos viviendo la ‘era de la neuroeducación’?

Por supuesto que la estamos viviendo y, además, ahora no nos podemos parar. Son tanto los logros científicos que se están consiguiendo desde la definición y para la intervención de las dificultades del aprendizaje que ahora todos tenemos que aportar desde nuestra profesión para que podamos llegar aún más lejos.

 

2. ¿Qué aporta la neuroeducación a los profesionales de la educación que desean mejorar la manera en que enseñan y acompañan a sus alumnos?

La neuroeducación permite comprender cómo funciona el cerebro cuando aprendemos. Gracias a este enfoque, los docentes pueden aprovecharse de todo lo que están aportando las ciencias que estudian el cerebro (que son las llamadas neurociencias) al campo de la educación. De esta manera su labor profesional para con sus alumnos gana desde la intervención, la comprensión de por qué aprenden, cómo aprenden y, lo más importante para mí, los conocen mejor como personas, ya que, en el ser humano, nuestra esencia cognitiva nos hace ser quienes somos.

 

3. ¿Y tú como profesora qué les aportas?

Aporto, desde la humildad de alguien que no para de formarse (y llevo en la profesión como licenciada 25 años), mi experiencia y mi sentir a las aulas y a mis alumnos. Esto me lo han enseñado mis maestros, muchos de ellos aquí en iRG. Cuando comprendí que compartir es también crecer, doy en mis clases materiales, experiencias, comparto sentimientos de muchas situaciones laborales, todo con el fin de que a mis alumnos el tiempo conmigo les sepa a Vida (la que me dan mis alumnos en mi Centro). Sin esta aportación sincera de lo que hago cada día con mis alumnos y sus familias, bajo criterio y mirada científicos, y siempre con el objetivo de mejorar quienes son para que puedan aprender mejor y ser más felices, no sé llevar a cabo mi profesión.

 

4. ¿Qué tipo de herramientas o conocimientos se llevan los alumnos al terminar este diplomado que no se encuentran fácilmente en otros programas similares?

Nuestros alumnos aprenden a evaluar perfiles neuropsicológicos, diseñar planes de intervención personalizados y utilizar estrategias específicas para cualquier trastorno del neurodesarrollo, así como para todas las dificultades del aprendizaje (lectura, escritura, cálculo matemático, comprensión lectora…) y también para las altas capacidades. Todo desde una mirada practica y fundamentada en la neurociencia educativa. Por ello podemos presumir desde el Diplomado en Neuroeducación que nuestros alumnos salen preparados para intervenir con herramientas concretas.

 

5. ¿Cómo puede esta formación influir en la forma en que los participantes diseñan intervenciones más inclusivas?

Es que la inclusión es neuroeducación. No pueden separarse. La una sin la otra no tienen sentido completo. En nuestras formaciones, desde la neuroeducación, hablamos de inclusión, porque nadie se ha de sentir excluido. Por eso en mis clases solo hablo de perfiles cuando la formación es de un tema concreto como la evaluación o enseño la especificidad de tratamiento de un determinado perfil de alumno (por ejemplo, el trastorno de cálculo matemático). En TODOS los demás momentos se habla de ‘Alumno’ y ‘Persona con la que estamos trabajando’. Así hablo en mis clases.

 


«La inclusión es neuroeducación. No pueden separarse. La una sin la otra no tienen sentido completo.»


 

6. ¿Qué perfiles profesionales están participando en este grupo y cómo enriquecen las dinámicas de aprendizaje durante las clases presenciales?

Tenemos un grupo muy heterogéneo, con participantes de distintos países como Colombia, México, Honduras, Puerto Rico y España Hay docentes, orientadores, terapeutas. Esa variedad de perfiles genera un intercambio riquísimo. Las dinámicas se vuelven mucho más ricas porque cada uno puede aportar una mirada distinta sobre cómo se aplica la neuroeducación en su contexto.

 

7. ¿Y qué tal como grupo?

Todavía es pronto. Sólo he dado dos clases; pero es un grupo magnífico. La motivación se palpa en el ambiente. Entre ellos son respetuosos. Y algo que me hace luchar por la docencia y superarme cada día más: atienden y me hacen muchísimas preguntas apasionantes para ellos, que son los verdaderos protagonistas de nuestros diplomados en iRG.

 

8. Este no es tu primer diplomado como docente. Por tu experiencia pasada, ¿tienes noticia de algún cambio en la forma en que los alumnos abordan los retos educativos tras el diplomado?

Sí, absolutamente. Desde los primeros días ya comienzan a ver que tienen herramientas a su alcance propias de la neurodidáctica que pueden aprovechar en su día a día; y todo bajo justificación científica. Ahora saben que cumplir el sueño de poder avanzar en el tratamiento educativo es posible. Se lo llevan a su profesión y muchos de ellos después del diplomado contactan conmigo y me lo cuentan. ¡Esto es para mí un regalo! Sin duda, el Diplomado en Neuroeducación deja huella.

 

9. ¿Qué diferencia este diplomado de otros programas de formación en neuroeducación?

Diría que la clave está en la aplicabilidad. Aquí no solo se transmiten conocimientos científicos, sino que se enseña a usarlos. Además, el enfoque interdisciplinar para lograr trabajar desde un equipo integrado donde todos aporten su disciplina para el provecho del alumno (lo que llamamos ‘Trabajo Transdisciplinar’)  y la riqueza del equipo docente del Diplomado en Neuroeducación hacen que los participantes puedan integrar lo aprendido de forma práctica, sea cual sea su rol profesional. Eso no se encuentra en todos los programas.

 

10. ¿Qué esperas que los alumnos se lleven al final del diplomado?

Deseo que se les despierte la importancia de la generosidad en nuestra profesión, haciendo que su alumno siempre esté por delante de todo, porque es el verdadero protagonista. También espero que se vayan a casa con el deseo de Saber Más y de Saber Bien, por ello les ayudo a identificar las fuentes de información fiables y les pido directamente en mis clases que no se cansen de Aprender de los Sabios, porque en Educación solos no avanzamos.

Revisado y aprobado por Raimon Gaja, psicólogo clínico, fundador y director de iRG.
Escrito por M.ª José Mateo

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